Si en Reino Unido tienen como tesoro gastronómico el fish and chips, en España tenemos nuestro pescado frito o «pescaíto frito»: uno de los platos más característicos de la cocina andaluza. Y aunque en todo el sur de España se hace buena freidura de pescado, tiene una mayor fama y popularidad en Cádiz, San Fernando y El Puerto de Santa María.
A mi me encanta y me parece perfecto para disfrutar del cóctel de un boda de verano. No hay invitado que se resista a un bocado acompañado de una buena cerveza o un buen vino blanco bien fresquito.
En la primera Calista One Summer Party, el catering Villa Real nos sorprendió con un puesto de pescaíto frito y hace unos meses, junto a Indira de D-pleis, montamos otro en una boda que organizamos juntas.
Como es una de las estaciones de comida más apetecible, les he preguntado como se monta un verdadero puesto de pescaíto frito y me han dado algunas de las claves más importantes para conseguirlo:
♦ Se prefiere el pescado de mar al de río y el pequeño al grande que tenga un sabor especial, que queden tiernos y jugosos por dentro y crujientes por fuera como los boquerones, la pijota, algunos mayores como el cazón (o bienmesabe) o la pescadilla troceados y las gambas, el calamar o el choco en anillas.
♦ El secreto de este plato tan sencillo y delicioso es fundamentalmente contar con pescados frescos de calidad suprema. Se elabora rebozándolo en harina, friéndolo y condimentándolo con sal.
♦ Se sirve caliente, recién hecho y acompañado con limón fresco.
♦ Sólo hay que coger un cucurucho de papel y elegir cuál de ellos os gusta más y disfrutar de un pedacito de Andalucía que huele a salitre y a brisa del mar.
¿Os animais a ponerlo en el cóctel de vuestra boda?
Fotografías © Volvoreta