«Llevé dos vestidos de Helena Mareque. Fue con la primera diseñadora con la que me sentí identificada y me ví vestida de novia. No sabía lo que queria exactamente, pero si lo que no quería y ella me entendió a la perfección. En persona conectamos muy bien y todo fue rodado».
Un vestido de seda en color champagne le sirvió de base para los dos vestidos. El primero llevaba una tela de plumeti doble con bordados antiguos de la familia de su madre que Helena enteló en el plumeti.
Quiso llevar el pelo suelto porque quería no quería perder su esencia y sentirse muy natural. Además le daba un rollo hipe que le gustaba mucho. Sobre el pelo, llevó una tiara antigua de la familia. Una tiara movible, dividida en tres partes, con dos turquesas a los lados rodeadas de diamantes y en el centro con brillantitos y una esmeralda, a la que colocó unas ramas liofilizadas y pequeñas flores para restarle importancia a la tiara y para que tuviera un aire campestre y desenfadado
Las fotos las hicieron en la finca donde se casó. Una finca que se encuentra en la carretera de Valverde a Táliga, en Badajoz, y sus dueños son amigos de la familia. Es una finca muy especial porque ha pasado mucho tiempo allí desde que era pequeña.
¿Listas para describir cómo era el segundo vestido de Elena?
Vestido: Helena Mareque / Fotos: Silvia Sánchez